En los primeros días del año comenzaron a llegar noticias sobre el surgimiento en China de una enfermedad que afectaba mortalmente a miles de personas en aquel país. Conforme pasaron los días fuimos siendo testigos del avance de lo que terminó convirtiéndose en una pandemia, fenómeno que, aunque veíamos lejano, terminó por alcanzarnos. A finales del mes de febrero, cuando escuchábamos los estragos que esta enfermedad estaba causando en Europa, particularmente Italia y España, se prendieron las alarmas en México pues era casi seguro que la pandemia llegaría a nuestro país y había que estar preparados.

Una vez que se detectaron varias decenas de casos en el país, el gobierno federal anunció una serie de medidas para reducir al máximo la movilidad de la población en todo el país, y con ello se anunció, el 14 de marzo, el receso escolar del 20 de marzo al 20 de abril. Al mismo tiempo, el Secretario de Educación Pública aseguró que el lunes 23 se realizaría el Consejo Técnico Escolar para organizar en las escuelas el trabajo académico a distancia para dos semanas de receso, ya que las otras dos semanas corresponderían al período vacacional.

Los directivos y docentes de los planteles educativos comenzaron a tratar de organizar de la mejor manera posible el trabajo que cotidianamente realizan en las aulas, buscando vías y herramientas para mantenerse estar cerca de sus alumnos y continuar la labor docente. La rápida respuesta ante la emergencia sanitaria hizo que directores y docentes definieran rápidamente las actividades académicas que se realizarían en los próximos días, previo a las vacaciones y los canales a través de los cuáles se mantendrían la comunicación con ellos.

Con el objetivo de tener un primer acercamiento a la experiencia de este primer periodo de la contingencia, en Valora Consultoría realizamos un sondeo entre docentes, a través de una encuesta en línea, para recoger algunos datos sobre el uso del tiempo y de distintas plataformas. La encuesta se levantó, en una primera etapa, los días 14 y 15 de abril de 2020 por medio de redes sociales.

En dos días se obtuvieron respuestas de 383 docentes de los tres niveles educativos y de 25 estados de la República. La mayor respuesta se obtuvo de docentes de educación primaria con 50.3%, seguida de educación preescolar con 34.8% y en menor medida docentes de educación secundaria con 14.9%. Con relación al tipo de sostenimiento, el 69.9% de los participantes en el sondeo son docentes de escuelas públicas y 30.1% de escuelas privadas.

Preparación y apoyos que se tuvieron

Más de la mitad de los docentes señalan haber tenido una preparación regular para enfrentarse a la educación a distancia. Sin embargo, 36.5% de los docentes de escuelas públicas y 34.8% de los de escuelas privadas, se sintieron poco o nada preparados.

Para hacer frente a un escenario complejo como el actual, el papel del director del plantel y la autoridad educativa es de gran importancia. Se necesita del liderazgo y la orientación que los directores y las autoridades pueden dar a los docentes sobre las acciones que había que realizar de manera inmediata, pero sobre todo de la forma en la que se trabajaría con los alumnos, las vías de comunicación con los padres de familia. Con respecto al apoyo recibido, es notable que menos de la mitad de los docenes de escuelas públicas consideraran no haberlo recibido, mientras que 83.2% de los docentes de escuelas privadas sí contaron con apoyo de sus superiores.

Frecuencia del contacto con estudiantes y familias

La mayoría de las y los docentes afirmaron haber realizado educación a distancia durante el periodo del 23 de marzo al 3 de abril (87.2% de los de escuelas pública y 93.9% de los de escuelas privadas).

Aproximadamente 7 de cada 10 docentes mantuvo contacto con sus estudiantes o sus familias. La mitad lo hizo hasta más de cinco veces en el periodo (dos semanas).  Los resultados son similares entre los docentes de escuelas públicas y privadas, aunque el porcentaje de los que no tuvieron ningún tipo de contacto es mayor entre docentes de escuelas privadas.

Estos resultados muestran un compromiso importante por parte de los maestros que, pese a la rapidez con la que tuvieron que organizarse, establecieron mecanismos para lograr la comunicación fuera de la escuela.

Estrategias y tiempo destinado a la educación a distancia

Una diferencia importante entre las escuelas públicas y privadas radica en el tipo de tareas realizadas. La mayoría de los docentes de escuelas públicas pidieron a sus alumnos que trabajaran con los libros de texto, les encargaron realizar trabajos de ciertas características o trabajar con guías académicas. Por su parte, los maestros de escuelas privadas, en su mayoría utilizaron recursos tecnológicos, como clases virtuales y videos grabados, además de que también encargaron trabajos específicos. El trabajo con plataformas y páginas web específicas fue una de las opciones menos utilizada en ambos tipos de escuela.

En concordancia con el tipo de trabajo académico realizado, los canales de comunicación con los estudiantes fueron distintos según el tipo de escuela. Los docentes de escuelas públicas, utilizaron sobre todo Whatsapp y correo electrónico. Los docentes de escuelas privadas utilizaron principalmente correo electrónico y la plataforma Zoom y, en general, tuvieron un uso más diversificado de recursos; mencionaron diversas plataformas como Edmodo, Facebook, páginas web de editoriales, entre otros; en este caso. Whatsapp fue el recurso menos utilizado.

Con relación al tiempo que se destina al trabajo a distancia: 44.8% de los docentes de escuelas públicas dedican dos horas o menos, mientras que 51.7% de los docentes de escuelas privadas destina cinco horas o más.

Dificultades y apoyos que se requieren

Si bien es mayor el porcentaje de los docentes de escuelas privadas que consideraron fácil desarrollar el trabajo a distancia, la mayoría de ambos tipos de escuela lo consideró entre regular y muy difícil.

Para poder desarrollar de manera efectiva el trabajo docente en este escenario tan complejo, los docentes reconocen la necesidad de contar con asesoría específica. Aunque se obtuvieron distintos porcentajes según el tipo de escuela, existe coincidencia en tres grandes áreas prioritarias: capacitación sobre aplicaciones y plataformas, diseño de recursos y materiales, y estrategias de evaluación de los aprendizajes.

Emociones

Finalmente, en ambos tipos de escuela  los docentes han experimentado como la emoción dominante, la incertidumbre. Entre los docentes de escuelas privadas, se registran porcentajes más altos de ansiedad, para algunos, y de confianza para otros.

Conclusión

Los docentes enfrentaron, durante la suspensión de clases del 23 de marzo al 3 de abril, un desafío profesional y personal de gran envergadura: las circunstancias no les dieron suficiente tiempo para prepararse, no siempre contaron con la asesoría de sus superiores, sintieron que no les fue fácil organizar el trabajo a distancia, y han estado dominados por sentimientos de incertidumbre y ansiedad.

En estas difíciles condiciones, sin embargo, mantuvieron contacto con sus alumnos y sus familias, y les proveyeron de tareas y encargos académicos para cubrir los contenidos curriculares. Dedicaron horas de trabajo cada día a mantener el trabajo a distancia con los alumnos, utilizando los medios y materiales a su alcance.

Las estrategias de aprendizaje y comunicación, y el tiempo dedicado al trabajo a distancia, fueron distintos según el tipo de centro de trabajo en que se desempeña cada docente. Quienes laboran en las escuelas públicas principalmente dejaron tareas a los estudiantes para realizar en su casa, utilizando guías,  libros de texto y trabajos específicos. La vía de comunicación que utilizaron fue la mensajería telefónica y el correo electrónico. Por su parte, los docentes de escuelas privadas recurrieron en mayor medida al uso de internet, impartiendo clases por medios electrónicos y utilizando una mayor diversidad de recursos digitales.

Particularmente importante para las semanas por venir, resulta el hecho de que los docentes requieran capacitación sobre el uso de plataformas educativas, el diseño de recursos didácticos y las estrategias de evaluación del aprendizaje.

María Juana Acevedo