En enero pasado, la Dirección General de Desarrollo Curricular de la SEP produjo y distribuyó el documento “Marco curricular y Plan de estudios 2022 de la Educación Básica Mexicana” (propuesta PE 2022). Este documento se está utilizando para consultas en asambleas en todos los estados que tienen como propósito validar la propuesta. Por su importancia, me propongo hacer una síntesis y crítica a las bases del PE 2022, tomando en cuenta que Eduardo Backhoff ya abordó —el miércoles 16 de marzo, NEXOS publica— la parte contextual en que ocurren los cambios curriculares que frecuentemente se dan en nuestro país.
Síntesis de la propuesta PE 2022
En primer lugar, la propuesta PE 2022 parte de un planteamiento fuertemente crítico de las bases filosóficas y políticas que han sustentado a la educación nacional al menos desde la Revolución Mexicana. Parece haber un intento por borrar en gran medida los principios de la educación nacional como la hemos conocido. Este extracto ilustra el alcance de esta crítica:
Pese a las distintas reformas que se han aplicado en la educación básica en los últimos treinta años, ha prevalecido el referente identitario surgido en el periodo posrevolucionario en tanto programa de la modernidad, centrado en al menos cuatro elementos: nacionalismo, mestizaje, positivismo y patriarcado. Lo anterior reproduce la desigualdad, el racismo y el clasismo como mecanismos estructurales […].
Llama la atención que el documento conceptual que orienta la propuesta PE 2022 haga una crítica de tal severidad a las bases que han guiado a la educación nacional desde la Revolución Mexicana sin detenerse en matices ni en explicaciones.
En segundo lugar, como parte de la crítica del pasado que debe ser demolido, la propuesta PE 2022 dice que los planes de estudio estructurados en asignaturas han promovido una visión fragmentada de la realidad. Añade que esta fragmentación: “…propicia que el docente pierda la visión de conjunto en los procesos de enseñanza y aprendizaje dentro de las disciplinas de un mismo grado. También, se promueve el individualismo en el nivel que cursan las y los estudiantes”.
A partir de la premisa de que la comunidad sea el eje articulador de la enseñanza, la propuesta de PE 2022 introduce la tesis de organizar la educación por campos formativos: “Esto implica el desplazamiento de una educación basada en asignaturas, que propicia una fragmentación de la enseñanza y el aprendizaje de los conocimientos, y la didáctica”. De este planteamiento se desprende que la solución a la fragmentación es la sustitución de una educación disciplinar por una educación por campos formativos. Sin embargo, la propuesta no especifica de qué manera sucede esta fragmentación y no considera los esfuerzos de integración disciplinar del enfoque multidisciplinario y de la perspectiva de las áreas de conocimiento que existe en el plan de estudios vigente. El riesgo de este punto de partida es que reduce el debate a la promesa de que una sustitución solucionará los males que aquejan al sistema disciplinar, sin primero situarse en la rica y variada discusión sobre un tema tan complejo.
En tercer lugar, para superar la fragmentación del conocimiento que las disciplinas producen, la propuesta PE 2022 “coloca a la comunidad como el espacio social, cultural, político, productivo y simbólico, en el que se inscribe la escuela, como el principal elemento articulador de las relaciones pedagógicas, así como de los procesos de enseñanza y aprendizaje”. La comunidad-territorio se convierte en el centro de los procesos educativos; el principio pedagógico que se plantea se basa en: “…la elaboración de proyectos dirigidos a la justicia social y la solidaridad con el entorno, y ya no una educación individualista basada en competencias para formar capital humano. Estos ejes cruzan el mapa curricular de la educación inicial, preescolar, básica, primaria y secundaria”.
La propuesta PE 2022 ignora otras formas de aprendizaje que se pueden construir a partir de prácticas escolares que siempre han estado presentes en la educación. Según la propuesta, la expectativa es que los alumnos de todos los grados salgan del aula para ir a la comunidad para así observar y recoger información que les servirá como base para sus proyectos educativos. Es importante señalar que la propuesta no señala que, si bien la escuela se enriquece con la comunidad, también tiene un ámbito propio que permite explorar y lograr aprendizajes valiosos por otras vías.
Los proyectos educativos como método de aprendizaje adquieren la mayor preeminencia en la propuesta PE 2022. Los alumnos salen a las comunidades, regresan a las aulas y con la orientación de los maestros, en la tradición del positivismo básico, discuten el significado de lo observado, según los campos del conocimiento determinados y —de manera prominente— según las relaciones de poder que interpreten que existen en la comunidad.
Otro aspecto que llama la atención es que no se explica qué es una comunidad-territorio. Quizás en los pueblos que están bien delimitados eso no sea un problema, pero ¿qué sucede en las ciudades o en las rancherías? ¿Cómo se delimita o define la comunidad-territorio?
En cuarto lugar, la propuesta de PE 2022 introduce cuatro campos del conocimiento: i) lenguajes; ii) saberes y pensamiento científico; ii) ética, naturaleza y sociedad y; iv) de lo humano y lo comunitario. Asimismo, señala siete ejes articuladores que son transversales a los campos del conocimiento: a) inclusión; b) pensamiento crítico; c) interculturalidad crítica; d) igualdad de género; v) fomento a la lectura y la escritura; vi) educación estética y; vii) vida saludable.
Para dar concreción curricular a estos campos y ejes, la propuesta PE 2022 plantea un programa analítico y sus componentes, para cada una de las —que denomina— fases del aprendizaje: educación inicial, preescolar, 1.º y 2.º de primaria, 3.º y 4.º de primaria, 5.º y 6.º de primaria y secundaria.
En cada una de estas fases introduce la descripción/naturaleza del campo, contenidos, diálogos y progresiones del aprendizaje y orientaciones didácticas. En este programa analítico, del que se presenta un prototipo para la fase de 1.º y 2.º de primaria, se entreveran las disciplinas y los campos del conocimiento. Cabe señalar que dicho prototipo es un documento de 269 páginas, sumamente complejo y alejado del lenguaje y del método con el que está acostumbrado a trabajar el personal docente de educación básica. Si una de las críticas que formula la propuesta PE 2022 es la sobrecarga curricular de los planes de estudio todavía vigentes, esta nueva propuesta lo hace sustancialmente más complejo.
Crítica a la propuesta PE 2022
La propuesta de PE 2022 contiene elementos válidos: la integración de las comunidades en lo nacional, las áreas del conocimiento y su relación con las disciplinas, el valor de los proyectos educativos y la importancia de la educación situada y relevante según el contexto de los alumnos. Sin embargo, desecha sin argumentación el conocimiento que se tiene sobre la teoría y la práctica de la educación en México y el mundo. Filósofos, educadores y otros actores sociales han hecho aportaciones para el enriquecimiento de la educación por cientos de años; la escuela, como la conocemos hoy, no es una imposición caprichosa de años o décadas recientes, es el producto de una larga y compleja historia. Por lo mismo, tampoco significa que sea un proyecto acabado, perfecto o inamovible. La pregunta es cómo situar un programa de educación en el presente.
En el caso concreto de México, el Artículo Tercero de nuestra Constitución está impregnado con ideas de la ilustración y las corrientes del humanismo. El Artículo Tercero nació de la revolución mexicana y se ha nutrido de pensadores como José Vasconcelos y Jaime Torres Bodet. Ha sido un artículo vivo que se ha ido ajustando según el cambio en las ideas y los tiempos. La última revisión del mismo fue impulsada por la actual administración federal y aprobada por unanimidad en mayo de 2019.
El problema central de la propuesta PE 2022 es que está alejada de las corrientes del pensamiento universal que han sido discutidas y plasmadas en la filosofía educativa nacional. Los aspectos que pueden ser valiosos de la propuesta PE 2022 se desdibujan al plantear unilateral y arbitrariamente una filosofía y métodos educativos que reducen el pensamiento educativo a categorías específicas que ignoran la riqueza y posibilidades que hay en la educación. Parece ignorar que la curiosidad y el interés por aprender representan una motivación poderosa para el aprendizaje por el valor que este tiene en sí mismo; ello debilita una de las características profundas del ser humano.
En este documento, las observaciones críticas abordan sólo tres puntos: el carácter nacional de la educación, la importancia de las disciplinas en el conocimiento y el valor de la educación integral. Como método para esta crítica, se contrasta la propuesta PE 2022 con diversas disposiciones que según el Artículo Tercero deben orientar a la educación nacional. Debe subrayarse que estas disposiciones constitucionales recogen las corrientes de pensamiento de la ilustración y el humanismo antes mencionadas. Destaco tres de ellas.
En primer lugar, el carácter nacional de la educación. Los señalamientos de la propuesta PE 2022 que atacan la educación nacional del periodo posrevolucionario llegan al grado de cuestionar que “tanto la legislación como el currículo de educación básica, incorporaron el sentido de unidad y modernización nacional planteada por el Estado”. Debe destacarse que la legislación que protege la educación nacional sigue vigente y que no fue modificada en la reforma del Artículo Tercero que el actual gobierno impulsó en 2019. Dice la fracción II que el criterio que orientará esa educación será nacional y también reconoce la diversidad y la interculturalidad. La educación nacional sin duda tiene en cuenta a las comunidades, pero igualmente requiere de elementos que desde los fundamentos curriculares permitan la construcción de la categoría de lo nacional, incluida la cultura nacional, como se ha hecho al menos desde la Revolución Mexicana.
Es difícil de entender la propuesta PE 2022, en el sentido de que se deba:
Redefinir el carácter universalista y nacionalista del conocimiento para pensar en la educación básica desde otras bases sobre lo común, asumiendo la diversidad como condición y punto de partida de los procesos de aprendizaje y con ello recentrar la noción de lo comunitario como horizonte de la formación básica.
Determinar que lo comunitario es el horizonte de la educación responde a una noción particular, no discutida ni analizada —por lo tanto, vagamente definida— que resulta sumamente cuestionable dado que el ámbito de responsabilidad de la autoridad que lanza la consigna es de alcance nacional.
Según la propuesta PE 2022, los aprendizajes de la comunidad adquieran sentido nacional e internacional de la manera siguiente:
Los proyectos que se formulen en la escuela contarán con una gran red de centros de aprendizaje que conecte a la escuela o a un conjunto de escuelas, con la biblioteca pública, hemerotecas, ludotecas, centros digitales comunitarios, casas de la cultura, centros culturales comunitarios, museos, medios de comunicación e instituciones culturales y educativas del Estado en sus tres niveles de gobierno Las bibliotecas públicas o de las escuelas normales, universidades y tecnológicos, de la colonia, barrio, pueblo, comunidad, municipio, alcaldía […].
Esta hipótesis resulta deficiente por dos razones. En primer lugar, los recursos mencionados son sumamente limitados y no hay planes para acrecentarlos. En segundo lugar, falta una explicación de cómo estos recursos, si los hubiera, aseguran una conexión con lo nacional y lo internacional. Este posicionamiento contrasta con la atención ínfima que reciben las tecnologías de la información y comunicaciones (TIC) en la propuesta PE 2022, siendo éstas una ventana a múltiples fuentes de aprendizaje y conocimiento. Valga mencionar que en la propuesta PE 2022 los libros de texto tampoco parecen tener una función para abrir los horizontes de lo que pueda aprenderse en la comunidad-territorio.
El segundo punto es la importancia de las disciplinas en el conocimiento. El debate sobre el conocimiento multidisciplinario e integrado ha estado presente entre los maestros y los teóricos de la educación. La premisa de la discusión es que la manera en que las disciplinas se configuran, organizan y relacionan entre sí se transforma de acuerdo con las transformaciones de la sociedad y el avance del conocimiento.
Las disciplinas dan orden al aprendizaje, proveen categorías analíticas y lenguajes necesarios para formas más elaboradas de conocimiento. La llamada multidisciplinariedad es el uso de las disciplinas combinadas para superar esas subdivisiones del conocimiento y aproximarse a la realidad. La adquisición del conocimiento disciplinar requiere del estudio conforme a métodos que pueden ser muy diversos y que han sido objeto central de estudio de la pedagogía y de la práctica del magisterio. Su aprendizaje no tiene por qué ser descontextualizado o irrelevante. Por ello, tanto degradar el papel de las disciplinas como degradar la importancia de integrarlas en campos más amplios de conocimiento sería un error.
El mayor énfasis en los proyectos educativos que plantea la propuesta PE 2022 puede ser necesario, pero ello no invalida el que el conocimiento disciplinar como tal sea necesario en la formación cognitiva, tal y como lo establece la Constitución en donde incluso se mencionan las materias concretas (ejemplo: matemáticas, la lecto-escritura, la literacidad, la historia, la geografía, el civismo, la filosofía, la tecnología, la innovación, entre otras).
La propuesta PE 2022 no ofrece seguridades mínimas de que los estudiantes adquieran esas capacidades: de avanzar la propuesta, su derecho humano a la educación quedaría vulnerado. Construir el conocimiento preponderantemente a partir de lo observado en la comunidad-territorio arroja la sombra de versiones ya superadas del positivismo, y tendería a anclar a los estudiantes en la visión de un marco teórico que habría que imaginar en cada caso para explicar lo que suceda en la comunidad-territorio. Además de las confusiones que ello conllevaría, se perderían los bloques y herramientas de conocimiento disciplinar que se pueden integrar y aprovechar en condiciones sumamente variadas, individual o colectivamente, en sus comunidades, en sus regiones, en el país o en lo global, físicamente o con las tecnologías de la información. Al desdeñar la importancia del conocimiento disciplinar sólido y del pensamiento lógico que este facilita, los alumnos quedan expuestos a que su aprendizaje se reduzca a los aspectos sociológicos conforme a los cuales se interpreten las relaciones sociales en la comunidad. Estaría gestándose una educación en dogmas, en vez de aquella alejada de los fanatismos que dispone el Artículo Tercero.
Por último se encuentra la importancia de la educación integral. El Artículo Tercero dice que la educación: “Será integral, educará para la vida, con el objeto de desarrollar en las personas capacidades cognitivas, socioemocionales y físicas que les permitan alcanzar su bienestar”. De nueva cuenta, esta disposición —que data de 1946— debe ser vista como el producto del humanismo en la educación en México. No ha sido sino hasta hace pocos años, décadas después de México, que otros países, inclusive con sistemas educativos avanzados, han introducido la educación integral como parte medular de su filosofía educativa.
La propuesta PE 2022 parece quedar lejos de la formación integral. Sin un planteamiento sólido de las ventanas que permitan trascender lo local, la observación de lo que sucede en la comunidad-territorio como punto de partida para el aprendizaje tenderá a limitar la educación a lo largo de toda la educación básica. No hay duda de que la educación contextualizada en función del entorno de los estudiantes es necesaria. Pero ello no debe traducirse en la negación a niñas y niños de recibir una educación que los prepare para poder trascender lo local. ¿Cómo concebir la educación para las necesidades del mundo actual sin las categorías del conocimiento universal? El respeto y aprecio por lo local no debe equipararse a la negación de lo universal que se asocia a la formación integral. En la propuesta de PE 2022 parecen confundirse equivocadamente las imposiciones de concepciones de la globalización que dañan y menosprecian lo local con la importancia de formarse en lo universal.
La formación integral que atiende los distintos aspectos académicos, sociales y emocionales de las personas las prepara para interactuar mejor en sus comunidades, amar a su país y entender mejor el mundo en el que viven. No se pueden negar las implicaciones que el avance de las ciencias y las tecnologías tiene en la vida de las personas y, en consecuencia, de la educación que requieren para desenvolverse en las realidades que deberán afrontar.
Reflexiones finales
La educación siempre estará influenciada por quienes conforman y determinan las decisiones curriculares en un país. Desde la SEP, esta función debe ser ejercida con extremo cuidado y responsabilidad, en consultas genuinas con maestros, teóricos de la educación, filósofos, expertos en las disciplinas, representantes de comunidades y, en general, de todos aquellos que quieran sumarse al esfuerzo de crear un proyecto educativo nacional que responda a los retos contemporáneos.
Por último, dejar de lado toda una rica tradición filosófica y educativa para plantear una reforma curricular que degrada a las disciplinas y otorga un valor preeminente y absoluto a la comunidad-territorio no puede sino empobrecer a la educación. Niñas y niños merecen la oportunidad de una mirada que les abra horizontes al otorgarles el tipo de formación que nuestra Constitución ya incorpora. Es su derecho.
Créditos de la imágen destacada:
Opciones del autor Arek Socha en Pixabay
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